Será una fábula tal vez inventada

por comerciantes agiotistas que venden

fantasías, madres, hasta abuelas.

Mitos que parecen salidos del paraíso

y que como fantasmas se esfuman

dejando sólo desolación, solo vacío.

 

Es un universo de sentimientos

que pintan los grandes maestros;

los poetas que parecen saberlo todo

también le cantan poesías, canciones;

unos, escépticos ardidos lo desprecian con versos.

Otros los exaltados fundidos en su crisol

lo elevan a la categoría de divino.

 

Es un sentimiento tan confuso

que hace de los defectos virtudes únicas.

Muchas veces se confunde con el dolor

profundo que lleva a la locura santa

o de la desesperación al fondo.

 

Esta tormenta trae consigo momentos

de luz clara vibrante, y lunas bellas.

Donde las palabras y las pausas

se convierten en suspiros que tocan

los hilos del espíritu y besan el alma.

Quien será este hijo de Dios o diablo

que confunde, enloquece, o embelesa,

salido del paraíso con toques de divino

que nos quema en un infierno.

 

Los profetas locos, exaltados le dicen

amor, yo le llamo simplemente ¡Tú!.